Cuando regresaba a mi casa vi la Luna en lo alto del cielo: blanca, superior. Es extraño, pero siempre que veo la Luna suspiro o sonrío o me emociono demasiado y es entonces cuando recuerdo todos los magníficos lugares donde la he visto: en CU, en la playa, en Hidalgo, desde mi casa...
Y esque al ver ese astro inigualable, todos los lugares se vuelven magníficos. Lo que toca su luz es magnífico. La Luna es magnífica.
¿Cuántas veces nos detenemos a ver la Luna?
¿Recordamos cada cuánto sale?
¿Vale la pena verla?
Y no se ustedes pero cuando veo su luz potente, sólo me calmo...y se crea un momento de tranquilidad y meditación: si estoy triste, me pongo feliz; si estoy enojada, sonrío; si estoy cansada, me relajo...
Aline_
sábado, marzo 31, 2007
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